El llamado “conflicto en torno al lobo” es posiblemente el más paradigmático de los que hay en la península ibérica alrededor de la biodiversidad y los recursos naturales. Sin embargo, a pesar de que se han desarrollado decenas de iniciativas a su alrededor, las posiciones de los distintos actores implicados son cada vez más distantes, los enfrentamientos más virulentos y, en definitiva, el encuentro de soluciones, cada vez más difícil.
La actual situación de confrontación alrededor del lobo ibérico preocupa sobremanera, porque se percibe un enfrentamiento que va más allá del lobo y su ecología, de los ataques al ganado doméstico, de la evolución de sus poblaciones o de la rentabilidad de la ganadería extensiva. Se trata de un conflicto social, entre sectores y organizaciones, entre modelos de vida, entre creencias y posiciones; entre personas y grupos de personas. Sin negar la divergencia, que existe y es legítima, parece que el camino del antagonismo y la adopción de posturas extremas y enfrentadas en dos bandos no es una manera adecuada de solucionar el problema. Por el contrario, estamos persuadidos de que la creciente polarización del conflicto supone un claro riesgo, tanto para la conservación de la especie como para la supervivencia de la ganadería extensiva y para el futuro de un mundo rural vivo.
Ante esta situación, que provoca incomodidad, dolor y desasosiego, un grupo de personas vinculadas a organizaciones sociales relacionadas con la ganadería extensiva, la conservación de la naturaleza, el desarrollo rural, la academia y expertos en gestión ambiental, han venido reuniéndose en los últimos dos años unidos por un convencimiento, una necesidad y una premisa.
· El CONVENCIMIENTO: ninguna solución a este conflicto va a ser efectiva sin un acuerdo social básico basado en el diálogo.
· La NECESIDAD: el diálogo sólo puede afrontarse si los actores implicados así lo acordamos.
· La PREMISA: reconocer el alcance y caracterizar ‘los conflictos’ alrededor del lobo es imprescindible como paso previo a cualquier actuación que, desde el ámbito de la mediación, quiera acometerse.
El Grupo Campo Grande ha trabajado duro, desde miradas distantes y a menudo enfrentadas, para analizar la situación actual de los conflictos entre la conservación del lobo ibérico y la pervivencia de la ganadería extensiva. También para proponer líneas de trabajo e iniciativas de coexistencia desde una perspectiva de colaboración, respeto y entendimiento.
Nuestra MISIÓN es la de crear un caldo de cultivo adecuado que facilite el surgimiento de alternativas dirigidas a garantizar la coexistencia a largo plazo entre la ganadería extensiva y las poblaciones silvestres de lobo. Lo hemos hecho bajo una postura generosa, a menudo difícil y valiente, de salir de la zona de confort personal o corporativa relativa a las ideas y sentimientos acerca de la coexistencia del lobo ibérico y la ganadería extensiva.
Partimos con un OBJETIVO A LARGO PLAZO muy ambicioso: lograr acuerdos que permitan la compatibilidad entre la ganadería extensiva y las poblaciones silvestres de lobo, bajo una perspectiva de utilidad y solvencia. Para ello, hemos ido desmenuzando los orígenes de los conflictos vinculados al lobo ibérico y planteamos que es el momento de pasar a las propuestas, de ofrecer a la sociedad española una línea de actuación que trabaje en el interés de resolver estos conflictos.
No somos tan ingenuos de creer que hemos dado con la solución definitiva. Todavía quedan muchos temas sobre los que discutir, muchas posibilidades y líneas de acción y, sobre todo, muchas personas y entidades a las que sumar a este proceso. Pero sí queremos poner en valor lo que, humildemente, creemos que hemos aportado: visibilizar que es posible encontrar soluciones desde el diálogo.
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